jueves, 22 de julio de 2010

Ayer, no fue ayer por completo

Ni siquiera planie cual seria la forma de llegar hasta allá
La cosa era llegar, fuera de la manera que fuera. Tenia dos horas para improvisar e intenté aprovecharlas al máximo.
Me devolví, me contuve, pensé, volví a pensarlo una y otra vez. Iba sumergiéndome en la oscuridad de los túneles del Metro y de las lineas que se forman por lo rápido que va.
Ahí estaba yo, apoyada en un fierro de la ventana, empañando el vidrio con mi respiración nerviosa, de angustia, llena de dudas, de recuerdos, de concejos que me iban atacando cada vez más y que me empujaban hacia el cambio de anden para devolverme a casa.
No sabia como sería su estación, no sabía como me recibiría.
Al fin había llegado hasta ahí, solo quería que todo fuera rápido e irme. Con los nervios y el miedo a que me lo pudiera encontrar e él y no a su hermana, porque era la hora en la que el volvía a casa.
Llegó ella, la vi y le sonreí una vez más, como si nada pasara.
Me desprendí de todos mis pensamientos y mis sentimientos plasmados en hojas de papel empastadas en cartón de color.
Con un "ya sabes lo que tienes que hacer" cerré la conversación y la cita llegaba a su fin.
Solo quería salir corriendo, fui saltando los peldaños de las escaleras de la estación y a la vez conteniendo una risa nerviosa que intentaba insertarme en la realidad de lo que ya estaba hecho y que no había vuelta atrás.
Saqué un chocolate de mi bolsillo, abordé nuevamente el Metro y volví a reproducir el Mp3, iba sonando Coldplay... me relajé, me sentí feliz.
Entregue mi corazón, entregue todo de mi.
Todo

1 comentario:

  1. hola, soy francisca poco normal y me gusta como escribes y matizas las historias. historias reales que parecen cuentos (:

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