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Ese día estaba super apurada y hinchaba a mi hermana a cada rato para que prendiera luego el calefont para entrar a bañarme y poder salir rápido para no seguir alimentando los nervios.
Cuando llegué, estaba ahí... de espaldas, mirando pasar el metro, tenia un libro entre las manos, pero no lo leía.
Hacia frío pero en ningún momento lo tuve, solo hasta que el me dijo que lo hacia.
Nos saludamos nerviosamente, a pesar de que habíamos compartido más de alguna conversación personal y nos conocíamos lo suficiente, era nuevo poder mirarlo a los ojos.
Nos sentamos a conversar de nosotros y de lo bien que encajábamos, era impresionante darnos cuenta lo iguales que eramos, los mismos gustos, los mismos gestos, las mismas palabras, la misma personalidad, los mismos pensamientos y opiniones.
Pero en cada intermedio me iba hablando más del libro, creo que era una fiel muestra de lo cohibido que estaba...
Luego me invito a caminar, cosa que ambos amábamos hacer, pero ni siquiera nos lo hicimos saber el uno al otro, solo nos miramos y nos sonreímos... en ese instante recuerdo que mi corazón se detuvo por un segundo.
Caminamos horas y horas, ni siquiera notamos lo rápido que íbamos avanzando y lo entretenidos que nos sentíamos al compartir tantas historias, tantas risas, tantas miradas de complicidad y todo eso había ocurrido en una sola tarde.
Me apuntaba emocionado como un niño inquieto de querer mostrarme sus casas favoritas de un barrio el cual el parecía conocer muy bien... pero que se mostraba sorprendido a la vez por las cosas bonitas que lográbamos concluir, de las historias locas que inventábamos y de como ocultamente los únicos protagonistas de esas historias eramos nosotros mismos.
Al oscurecer terminamos en el puente que esta en Salvador y con el paso del tiempo lo hicimos nuestro, ya ni siquiera decíamos el lugar en donde nos encontraríamos, ambos sabíamos que seria en el mismo lugar de siempre...
Siempre me acuerdo de ti, y sea donde sea que hoy tú te encuentres, estoy segura que has contado esta misma historia y que sigues enseñando lugares bonitos y recomendando buenos libros.
Lo ultimo, me gustaría tener noticias tuyas... se que de vez en cuando me lees, hoy estuve en Septiembre del año pasado... estuve leyéndome y leyéndote y aun sigo pensando... que perfecto eramos, que triste que todo eso termino.
A veces te extraño y hasta hace muy poco no iba a ese lugar... hace tres días fui y me quede por un buen rato, me reconcilie contigo, me reconcilie con el.
Gracias por enseñarme a creer en mi.
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