ya no siento

La música jamás va a dejar a alguien indiferente, la música llena espacios vacios, la música envuelve sensaciones, la soledad trae mucha música & en esos momentos es cuando se conocen las canciones más bonitas, cuando se llora con ellas, cuando pareciera que cada letra nos hablara del primer amor, de la primera decilusión, las canciones nos hablan del primer beso, de la primera herida, de la primera rebeldia, del primer asombro, guardan nuestra memoria más intima... estan hechas de materias de sueños, de recuerdos, de hechos, de olvidos, de dolor, de alegrias, de la vida, de experiencias comunes, que todos alguna vez hemos sentido, vivido, soñado.
Una canción no es nada, es un suspiro, una llamada de atención o de auxilio, un grito!, un sentimiento presente u otro olvidado, una canción te da tres minutos para soñar, para pensar, para bailar, para sentirse cerca de alguien, para sentirse vivo, feliz...enamorado.

La música es una flor en la basura, una flor autentica, de verdad, entre tantas flores hechas de plastico a medida del consumo... quizas por eso es que la música esta en venta...

La música te lleva a imaginar lugares intagibles, te enseña personas perfectas, te habla de sentimientos puros y verdaderos, de corazones ajenos y te llena de colores lo gris.

La música tiene la capacidad de decir cosas que no nos atrevemos delante de otras personas, de declarar los sentimientos sin decirlos propiamente, no se enoja si nos apoderamos de ella y la hacemos propia.
La música vive gracias a nosotros, a los que somos capaces de contemplar cada sonido, de sentir las diversas sensaciones que cada uno nos trae y todo lo nuevo qe nos enseña.

La música esta a la palma de la mano, esta ahí esperando a que la aprovechemos a que creemos con ella una linda historia, de amor, de amistad, de viajes, de momentos inolvidables... los cuales después de un tiempo podemos volver a revivir poniendo play...

La música podría ser un arma para sentirnos más plenos, más felices, acompañados... y quisas también tristes...

Pero recuerden, siempre la frontera es la imaginación... de momentos podemos ser un terricola... de pronto somos solo simples mortales.